Psicomotricidad: libertad de movimiento
- Publicado por Creyendo en la infancia
- Categoría Psicomotricidad Vivenciada
- Fecha 29 noviembre, 2019
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Lo consigo por mi mismo
Los adultos estamos pendientes del desarrollo del bebé en todos los aspectos. En cuanto nacemos hacemos preguntas tales como ¿cuándo sujetará la cabeza? ¿Cuándo se pondrá de pie?… y en seguida pensamos en cuál va a ser su próximo reto.
Pero realmente es el niño el encargado de decidir cuándo está preparado para conseguir un nuevo hito en su desarrollo.
Los adultos no debemos forzar sus posturas, por ejemplo, si le dejamos sentado en el suelo sin que antes lo haya hecho él solo. Utilizará sus manos para mantener el equilibrio y por lo tanta no podrá utilizarlas como herramienta de aprendizaje.
Cuando el aprendizaje de nuevas posturas se logra por ellos mismos, es de forma natural y espontánea y se consigue mediante el movimiento libre y controlado, respetando el ritmo de cada niño.

Realmente me pregunto en el por qué tenemos tanta prisa en que haga las cosas ¿realmente tiene algún beneficio que lo haga antes?
Lo verdaderamente beneficioso es el que el bebé logre una postura determinada cuando este preparado para ello, voltear a un lado y a otro, rectar y gatear para después andar… sin que el adulto interfiera en este proceso.
El desarrollo motor es algo espontáneo y sólo requiere de las condiciones adecuadas, un ambiente preparado que favorezca el movimiento.
Cuando un niño camina, pero quiere gatear o reptar, debemos dejarles, no hay nada de malo en ello, no es necesario inhibir su voluntad de movimiento.

Las Escuelas Infantiles somos parte importante en este proceso de desarrollo evolutivo, por ello adaptamos el mobiliario, muebles bajos que inviten al movimiento, posibilidad de movimiento en el aula, dejarle libre, estructuras que inviten al gateo o a esconderse…
Las educadoras deben mostrarse disponibles en todo momento para acompañarle en la conquista de su independencia.
Con todo esto no quiero decir, que le dejemos que se mueva sin más, es mucho más importante, es implicarnos en su desarrollo, pero de forma respetuosa, es acompañarle como adultos y cubrir sus necesidades.
Por todo esto que hemos hablado podemos dar unos consejos para favorecer la libertad de movimiento:
- Poner a los bebés en suelo firme y seguro.
- Ropa cómoda que invite al movimiento.
- Materiales adecuados para el juego y la exploración libre.
- Favorecer sus experiencias sensoriales.
- Dejarles descalzos siempre que sea posible.
- El adulto tiene que estar presente para atender las necesidades del pequeño como figura de apego.
- No tener prisa, no exigirle.

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